Mi nombre es Roberto.
Comencé mi vida en el mundo de la drogas cuando estaba en el colegio. Comencé tomando alcohol con mis compañeros, consumiendo cocaína y así sucesivamente iba progresando en esta enfermedad. Después de un tiempo quería más e intentar nuevas sustancias hasta que me encontré con el crack. Al inicio mi consumo era casual y me parecía divertido, pero luego incremento mi consumo hasta un punto donde consumía a diario. Descuidé todas las áreas de mi vida y me preguntaba hasta donde tenía que poner un alto. Tenía problemas en mi casa y me enfurecía con todas las personas que intentaban ayudarme porque no reconocía que tenía un problema de adicción.
Un día mi mamá me ofreció ayuda, había investigado sobre un centro de rehabilitación y me hablo de CEREPA, donde acepté a que se me brindara ayuda porque estaba en un punto donde mi mundo estaba oscuro. A medida que iba pasando los días, mi vida comenzó a tener sentido, esa luz que me dio ese bello lugar llamado CEREPA, ofrecía una segunda oportunidad para mi vida y seres queridos.
Ahora han pasado casi 4 años y me mantengo en sobriedad. Mi vida cambió enormemente, tengo un trabajo estable, recuperé mi familia y he aprendido a vivir mí vida en sobriedad. Solo voy paso a paso…un día a la vez.