Una Enfermedad de la Mente, Cuerpo y Espíritu

La adicción es una enfermedad primaria, lo que significa que no es el resultado de algún otro problema. Por ejemplo, la adicción no es causada por un mal matrimonio, problemas financieros o una infancia difícil. Además, sabemos que la adicción es:

  • Es progresiva – Si no se aborda, empeora.
  • Es crónica – no hay cura, pero puede ser manejada.
  • Es potencialmente fatal.

Enfermedad Cerebral

Los estudios han demostrado que la adicción no es un asunto de fortaleza individual, carácter moral o fuerza de voluntad. Por el contrario, es un asunto de como el cerebro se conecta.

El uso a largo plazo de alcohol y otras drogas cambia el funcionamiento del cerebro. El uso de sustancias incrementa la liberación de un químico poderoso llamado dopamina. Con el tiempo, si la dopamina es rutinariamente abundante, el cerebro tiende a balancear las cosas a través de la reducción en la producción de dopamina. En ese punto, el cerebro depende de las sustancias para desencadenar la liberación de dopamina. Es en ese momento cuando los individuos comienzan a utilizar alcohol y otras drogas solo para sentirse normal.

Desarrollando Dependencia

Esta actividad se ejecuta en un lugar del cerebro conocido como el centro de recompensa, el mismo lugar que regula y refuerza las recompensas naturales vitales para la existencia, como la comida y el sexo. Por esta razón, el cerebro de los adictos persigue el alcohol y otras drogas como si estas sustancias fueran necesarias para sobrevivir. Y es por esta razón que las personas con adicción colocan esa búsqueda irracional de consumo, por sobre cualquier otra prioridad.

Una variedad de factores sociales, psicológicos, genéticos y otros factores hacen a las personas más vulnerables que otras al desarrollo de adicción. Nadie decide desarrollar una adicción. Dos personas podrían comenzar a usar similarmente el alcohol u otras drogas, con una persona progresando a la adicción, mientras la otra no.

Los individuos que desarrollan adicción ya no son capaces de usar el alcohol u otras drogas como otras personas lo hacen. La química de su cerebro ha cambiado de una manera que puede ser capaz de regresar su cerebro al balance previo a través de la rehabilitación, pero ese balance siempre permanecerá vulnerable a reanudar el uso.